Un Smart home puede ser más vulnerable de lo que parece

En el último lustro, hemos podido ver como las cerraduras han venido evolucionando, especialmente en materia doméstica. Lo que antes podía parecer exclusivo de las grandes industrias, o incluso para los magnates del mundo, ahora gracias al trabajo mancomunado de maestros cerrajeros y diverso técnicos en materia de inteligencia artificial, programación, computación, robótica, es posible contar con la protección de sistemas de seguridad automatizados avanzados como los que hemos visto en las películas de ciencia ficción.

Lo que conocemos actualmente como “Smart-home” no es más que la extensión de término que ya conocíamos, el “Smart-phone”. El prefijo “smart” solo da a entender que nos encontramos ante un dispositivo inteligente, capaz de interactuar con su usuario de muchas formas; por lo que un Smart-home pasaría a ser un conjunto de sistemas integrados al hogar que va desde los electrodomésticos hasta sistema de seguridad.

Si bien esta es una industria emergente y que está enfrentando nuevos retos a diario… La obsolescencia podría ser el mayor flagelo a combatir.

El enemigo: La obsolescencia

En el mundo de la tecnología mantenerse arraigado a lo clásico es una sentencia de muerte, y también lo es en muchos otros campos del conocimiento sin lugar a dudas. Pero en materia de domótica y seguridad del hogar supone un enorme riesgo.

Si bien existen centenas de miles de técnicos trabajando alrededor del mundo para centenas o miles de empresas de seguridad, cerrajería, o desarrolladores tecnológicos, no son suficientes para poder desarrollar actualizaciones de manera eficaz y oportuna para mantener los estándares de seguridad que los usuarios demandan. Las necesidades cambian todos los días; y esto se pudo evidenciar con la llegada de los criptovalores, muchas personas que se dedican a la actividad de cripto-minería han tomado la decisión de proteger sus equipos con sistemas de seguridad avanzados y automatizados.

Muchas personas suponen que los sistemas se actualizarán automáticamente al estar disponible los archivos correspondientes, y que se harán de forma rápida pues cuenta con una conexión veloz a internet. Pero, esto está bastante alejado de la realidad.

Podrías contar con todas las condiciones ideales para que la integración de la nueva actualización se realice de la forma más rápida posible. El tema está en que los sistemas no pueden actualizarse con la frecuencia que deseamos, por lo cual podrían caer en obsolescencia y por ende en desuso. Por supuesto, para cualquier fabricante de tecnología es más rentable crear un producto nuevo que mantener actualizaciones a las versiones previas. No obstante, el hecho de no poder contar con suficiente personal calificado para el desarrollo, prueba, e implementación de las actualizaciones futuras en estos sistemas domóticos podría implicar en que uno de estos sistemas podría ser obsoleto en un lapso tan corto como 2 años.

Es increíble, lo que podría parecer una eternidad cierta manera ahora pasa a ser un pestañeo. Avanzamos tecnológicamente a velocidad vertiginosa, solo queda adaptarnos de la mejor manera que podamos y aprender sobre la marcha.